Trabaja con los minerales para ampliar tus oportunidades
Según la Cábala, la mística hebrea, al principio lo que realmente creó la Luz fue el Deseo de Recibir.
La creación del mundo físico son cuatro fases de la manifestación de ese deseo.
El Big-Bang creó un espacio físico donde se pudiera manifestar todo el universo y con ello el planeta Tierra. En lo único que realmente se diferencian los diferentes planos de la creación es en la cantidad de deseo que manifiestan.
Las cuatro fases de la manifestación del deseo son:
- Lo primero que se creó fue el mundo inanimado en el que la cantidad manifestada de deseo es mínima. La medida del deseo va a dar la capacidad de movimiento, por lo que aquí el movimiento es mínimo. Este es el reino mineral.
- Lo siguiente en aparecer es lo vegetal, con algo más de deseo y por lo tanto de movimiento: respirar, crecer hacia la luz del sol…Pero aquí no hay individuación, no se reconoce a sí misma como diferente a otros. Aquí se crearon todos los atributos que corresponden con el reino vegetal.
- Es el reino animal en el que se agrega el atributo de la individuación: uno sabe que es un gato y el otro un ratón y el lugar que ocupa en la cadena alimenticia. Aumenta la cantidad de deseo, siendo la individuación propia del animal y no del ser humano.
- La individuación en el ser humano se manifiesta de una forma más sofisticada que en los animales. En este paso se añade la capacidad de sentir al otro. Un león cuando tiene hambre persigue a su presa y la caza, no es capaz de sentir pena por su miedo.
El hombre aparece en la creación para activar esa cualidad de sentir al otro, para poder suplir su deseo como si fuera él propio. Así mismo, la finalidad del hombre es “dominar la tierra”. Lo cual no significa sojuzgar, si no hacerse cargo de ella, cuidar y proteger todo lo creado.
Pero, curiosamente, los minerales son la parte más amplia de la creación, y ellos también pueden cuidarnos a nosotros. Veamos cómo.
Los minerales y el sistema de Chakras
Los chakras son órganos de energía que tenemos en nuestro cuerpo sutil y que abastecen a nuestro cuerpo físico. A través de ellos nos relacionamos con el entorno en el que vivimos, recibimos información, recibimos energía y la proyectamos. Los chakras tienen forma de rueda. Pero si los mirásemos de perfil veríamos que tienen forma de doble embudo, con una de sus aperturas hacia el frente y la otra hacia atrás. La entrada de la energía se produce por detrás y la salida por delante de nuestro cuerpo físico. A veces los chakras están débiles, bloqueados o sucios, lo cual dificulta su correcto funcionamiento. Y esto afecta a nuestra salud en todos los ámbitos de la vida. Porque cada chakra no solo está relacionado con una serie de órganos de nuestro cuerpo, sino que influye en los diferentes aspectos de nuestra vida.
Hay diversas formas de armonizar los chakras, y una de ellas es a través del uso de minerales o cristales naturales.
Para esta armonización elegiremos aquellos minerales que sean del color del chakra con el que queremos trabajar. Aunque como los chakras son un sistema, la mejor opción será, una vez que nos hemos decidido a hacer este trabajo, hacerlo con todos los chakras a la vez.
Lo primero es conocer el color de los chakras y, después, buscar minerales que vibren en sintonía, o sea, del mismo color. A continuación, vamos a enumerar algunos de ellos, sin ánimo de ser exhaustivos.
- Primer chakra, Muladhara. Vibra en color rojo o negro. Minerales: azabache, ónix, oxidiana, jaspe rojo, jaspe sanguíneo, hematite, turmalina, coral rojo, oxidiana nevada. Rubí, granate, turmalina roja, rodocrosita, cuarzo rojo, cinabrio, cuprita, rodonita, rutilo…
- Segundo chakra, Svadhishthana. Vibra en color naranja. Minerales relacionados son la cornalina, la calcita naranja, la aventurina melocotón, aventurina naranja, ámbar naranja, citrino naranja, ópalo, turmalina naranja, ágata naranja, piedra de sol, granate espersatita, coral naranja…
- Tercer chakra, Manipura. Vibra en amarillo/dorado. Con él resuenan el citrino, el ámbar, el ojo de tigre, el topacio, la calcita amarilla. La alunita, apatita, barita, berelio, dolomita. La fluorita amarilla, la turmalina amarilla, la pirita, el oro…
- Cuarte chakra, Anahata. Vibra en verde esmeralda/rosa. Se relacionan con este chakra la esmeralda, el cuarzo verde, el berilo verde, el jade, el jaspe verde, la calcedonia verde, crisocola y crisopasa. Malaquita, amazonita, aventurina, agua marina, turquesa, moldavita. Cuarzo rosa, agata rosa, zafiro rosado, topacio místico, turmalina rosa, kunzita, granate rodolita, rodocrosita, epidota…
- Quinto chakra, Vishuddha. Vibra en azul. Piedras azules tenemos: angelita, turquesa, apatito, calcedonia azul, celestina, cianita, cuarzo azul, dioptasa, entre otras.
- Sexto chakra, Ajna. Vibra en azul índigo, un tono muy oscuro del azul. Tradicionalmente la mejor piedra para trabajar con el sexto chakra, también llamado tercer ojo, es el lapislázuli. Otros minerales para este chakra son la sodalita, la amatista, el zafiro azul, la tanzanita, el topacio azul, la apatita, la cianita, el aguamarina, el ágata azul o la azurita.
Séptimo chakra, Sahasrara. Tradicionalmente se considera que este chakra
- vibra en color violeta y con él trabajan las piedras de este tono además de las traslúcidas como el cuarzo blanco o el diamante. Entre los minerales violetas tenemos la amatista, la fluorita violeta, el ágata morada, ametrino, la charoita, el corindón, la escapolita, la espodumena, la lepidolita, la sugilita o el cuarzo morado, entre otras.
Otra forma de enfocar nuestro trabajo con los minerales es seleccionándolos en función del tema que queremos tratar. Para elegir el mineral adecuado solo debemos saber qué tema vital rige cada uno de nuestros chakras. Ello nos indicará el color de la piedra con la que trabajaremos. Podemos usarla llevándola cerca de la zona del cuerpo donde está el chakra implicado, o hacer un mandala con varios tipos diferentes de ellas, o elegir la cantidad de piedras con las que vamos a trabajar en función de algún número que esté significativamente relacionado con nosotros.
Por ejemplo, podemos elegir la cantidad de piedras teniendo en cuenta el Árbol de la Vida de la Cábala. Conociendo la temática de cada uno de sus senderos, podemos elegir el número de piedras que se corresponda con la numeración de ese sendero en el árbol.
No olvidemos que más allá de una realidad objetiva, todo funciona según nuestra intención y nuestro sistema de creencias, las cuales se convierten en ley para nuestra vida. Lo que hagamos con intención, fe y confianza, se convertirá en nuestra realidad. Trabajando con los minerales, el primer reino de la manifestación del deseo, podemos lograr que aquello que deseamos en nuestra vida forme parte de ella.
En nuestra sección de libros puedes encontrar interesantes publicaciones que pueden ampliar tu conocimiento sobre los minerales (usos terapéuticos, mágicos, espirituales…)
Por ejemplo:
El pequeño libro de los cristales : cómo usarlos para atraer prosperidad, amor, bienestar y armonía
La Biblia de los Cristales
La curación por los cristales